El espacio exterior representa el medio para trazar la exploración hacia confines desconocidos del universo. A su vez, el género de ciencia ficción lo utiliza también para recrear el descubrimiento científico y el trazo de aventuras que resaltan las ambivalencias existenciales de todo aquel que viaja en naves espaciales y recorre galaxias para adoptar roles de héroes errantes, villanos que rompen reglas para consolidar su particular visión de la vida y personalidades ambiguas que buscan sobrevivir en medio del caos.
La animación japonesa recopila una vasta cantidad de narrativas con las que retrata la adaptabilidad humana y sus complejidades fuera del planeta Tierra, entre ellas el peligro en extinción de la humanidad en la distopía de ‘Space Battleship Yamato’ (1974-1975); la irrupción militarista y el auge del género mecha de ‘Mobile Suit Gundam’ (1979-1980); el romance en medio de la guerra espacial de ‘Macross’ (1982-1983) y la confrontación de humanos e invasores alienígenas de ‘Martian Sucessor Nadesico’ (1996-1997) .
‘Cowboy Bebop’ (1998-1999) abandona el precepto de robots conducidos por pilotos y la lucha entre razas para entretejer un western espacial en medio de las colonizaciones de planetas, el auge de la criminalidad y las recompensas como el móvil de vida de individuos que viven en los bordes de la sociedad y sus comodidades, interesados por el dinero y deslindados del bien común.
La soledad y el peso de la existencia
Creada por el estudio de animación Sunrise (el equipo creativo bajo el seudónimo de Hajime Yatate), la serie retoma también el neo-noir, la comedia y el drama. Ambientada en el año 2071 y ante la ola de violencia en la humanidad, la policía espacial crea el sistema de cazarrecompensas, donde los citados «cowboys” buscan la recompensa de un delincuente para capturarlo y entregarlo a la jefatura para cobrar el monto. El desenfadado Spike Spiegel y el disciplinado Jet Black son socios y laboran desde la nave espacial Bebop. Al grupo se une la astuta Faye Valentine, la excéntrica pequeña Ed y Ein, un perro con una inteligencia superior a su raza Corgi.
El relato coloca las peripecias que enfrenta el grupo en la cacería de criminales a lo largo de 26 episodios conocidos como “sesiones”. Cada una construye narrativas diferentes entre sí que van desde la paulatina conformación del grupo, las confrontaciones con peligrosos criminales que pretenden atrapar y los intentos fallidos por cobrar el dinero de las recompensas hasta el asomo a las vivencias de sus protagonistas. Spike, ex asesino, es un desertor del grupo criminal conocido como el Sindicato Dragón Rojo; Jet era miembro del cuerpo policiaco; Faye es una ladrona con amnesia que busca descifrar su pasado y Ed es una niña genio de la informática que no cuenta con una familia propia.
Con personalidades contrastantes, estigmas personales, desencantos con la sociedad y con una convivencia que dista de empática, la soledad es el punto en común que guardan entre sí, llevándolos a reflexionar constantemente sobre el peso de sus respectivos pasados que les impide proseguir con su presente, llevándolos a construir de manera inadvertida un lazo un tanto disfuncional de camaradería.
Aunado a ello, entrelaza una narrativa principal en medio de perspectivas que involucran redención, reflexiones sobre el alcance de la ciencia y confrontaciones con individuos sórdidos. Spike guarda una rivalidad antigua con Vicius, miembro y ex colega del Sindicato con el que llegará a la confrontación violenta tras involucrarse años atrás en un triángulo amoroso con Julia.
Así, ‘Cowboy Bebop’, bajo la dirección de Shinichiro Watanabe y emitida en su totalidad por WOWOW Network en Japón en 1998 tras una cancelación en su primera emisión, no únicamente rescata preceptos del western que retrata la ambivalencia humana, la moral y las confrontaciones de bandos en medio de tiroteos en calles y naves espaciales. Profundiza en aspectos románticos y en dilemas filosóficos concernientes a la vida, la muerte, la televisión, la soledad, la religión, las creencias personales, el chamanismo, el capitalismo y el medio ambiente.
Los guiños cinematográficos y el jazz de Yoko Kanno
La música funge como el acompañante de la odisea por el espacio exterior de Spike y sus camaradas. El jazz y el blues que integran a la serie construyen cada sesión de ‘Cowboy Bebop‘ (los episodios adoptando fragmentos de títulos referidos a géneros musicales, canciones o incluso álbumes), tratándose de elementos sobresaliente en el programa de animación. La compositora Yoko Kanno, apoyada por la banda Seatbelts, tomó inspiración del western, el funk, el pop, el rock, el ska y la ópera para representar cada momento existencial por el que atraviesan los protagonistas en su recorrido sideral, así como el curso de las acciones y decisiones que marcan sus destinos.
Desde la apertura del alto saxofón y la inspiración del big band de ‘Tank!’ y la introspección de ‘Rain’ hasta la interpretación japonesa y sensual de ‘The Real Folk Blues’, cada pieza representa los puntos álgidos de la trama tanto en acción y desarrollo como en la resolución de sus personajes, acompañada por referencias cinematográficas hacia ‘Alien’ (1979), ‘2001: A Space Odyssey’ (1968), ‘Desperado’ (1995) y ‘Pierrot Le Fou’ (1965).
See You, Space Cowboy: El legado de ‘Cowboy Bebop’
La mezcla de géneros de ‘Cowboy Bebop‘, su musicalidad y dosis filosóficas le abrieron paso al anime en occidente a través del entonces Adult Swim en Cartoon Network en Estados Unidos y en Latinoamérica por Locomotion, así como por su originalidad y su enfoque adulto distinto a programas contemporáneos como ‘Pokémon‘ (1997- actualmente en emisión) y ‘Digimon’ (1999-2000). Aunado a ello, se convirtió en influencia para el misterio adolescente de ‘Brick’ (2005) de Rian Johnson y la animación presente en ‘Kill Bill’ (2003) de Quentin Tarantino.
Su estatus de culto, además de ganarle reconocidos admiradores como el escritor Orson Scott Card, le valió una adaptación cinematográfica estrenada en 2001 y una serie live action con miras a estrenarse en 2021 por parte de Netflix, la cual también tendrá la mancuerna de la composición de Yoko Kanno.
El peso de vivir el presente sin abandonar el pasado.
Paraje 21 
Espectacular lo que mis ojos acaban de leer.