En 2013, la desarrolladora Naughty Dog lanzó a través de Sony Computer Enteratinment ‘The Last Of Us’. El videojuego trata sobre el viaje de Joel, un contrabandista, a través de un Estados Unidos post-apocalíptico para llevar a la adolescente Ellie a un laboratorio. Ella es la clave para inmunizar a una humanidad aquejada por un virus que la extingue poco a poco en medio de la violencia y la desesperanza. Como resultado, se convirtió en un éxito de ventas y en un precedente para ahondar de forma original en la naturaleza de la sobrevivencia.
A nueve años de su estreno y de su conversión a obra de culto (cuenta también con una secuela que suscitó polémica y asombro), HBO, de mano de Craig Mazin (la miniserie Chernobyl) y Neil Druckmann (el creador original de The Last Of Us), trasladan la historia al formato televisivo. Todo ello en medio de un escepticismo en torno a la ausencia de calidad y fidelidad que tienen las adaptaciones de las historias de los videojuegos a las pantallas.
Crítica de ‘The Last of Us’: notable retrato de la decadencia y la violencia
En la primera temporada de ‘The Last Of Us’ (2023), predomina la fidelidad hacia la narrativa del videojuego, acompañado por dosis de tensión y acción que logran sumergir en la hosquedad del ser humano.
Dividido en nueve episodios, el relato brinda más contexto al origen del contagio provocado por el Cordyceps, un hongo que convierte a los humanos en infectados que guardan comportamientos similares a los zombies. Aunado a ello, desarrolla la relación de Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey), así como sus evoluciones respectivas como personajes dotados de virtudes y defectos. El hombre abandona de forma gradual su frialdad conforme interactúa con la joven para mostrar un lado paternal que ejercía con su hija Sarah (Nico Parker) antes de su asesinato. Ellie comienza a confiar en el hombre, conoce el mundo y aprende medios de supervivencia.
Así, el road trip, iniciado después de la introducción de los contagios en una ciudad de Boston reprimida y con tintes socialistas, recorre diferentes provincias estadounidenses que vislumbran diferentes ángulos de la supervivencia humana y el sacrificio.
Los flashbacks mostrados en diversos momentos del relato se convierten en un elemento integral para ahondar no solo en el pasado de Joel y Ellie, sino también en otros personajes cruciales para desarrollar su premisa. Alejándose de la versión original del videojuego, el romance de Bill (Nick Offerman) y Frank (Murray Bartlett) representa los breves soslayos de optimismo ante un entorno hostil, colocando al amor como el sentimiento digno de salvar y preservar en una humanidad expuesta a la decadencia.
De esta forma, las historias secundarias que se entrelazan con la de Joel y Ellie fungen como el medio más destacado para profundizar en la esencia de los seres humanos. Riley (Storm Reid), amiga de Ellie, muestra el despertar sexual y las inquietudes juveniles que impulsan el intento por vivir en medio de la desolación. Tess (Anna Torv), compañera de Joel, refleja las instancias de esperanza al atestiguar la inhumanidad que guarda Ellie ante el virus.
‘The Last of Us’ presenta también a la dualidad de las decisiones, aspecto inherente de la psique de los seres humanos. La búsqueda de Henry (Lamar Johnson) por huir de la ciudad de Kansas con su hermano Sam (Keivonn Montreal Woodard), quien en sordomudo, refleja la lucha por sobrevivir a costa de traiciones y entornos sociales que oprimen a causa del odio.
Así, despliega diferentes vertientes del terror humano que confrontan sus protagonistas. Ejemplo de ello es el yugo del fanatismo. David (Scott Shepherd), un predicador que domina a una comunidad violenta, simboliza el punto más bajo de la humanidad a causa de creencias extremistas y subjetivas de la religión.
El relato entrelaza también instancias dramáticas que transitan hacia pizcas de compasión. Joel y Ellie confrontan sus pasados y el sentido de la pérdida, llevándolos a desarrollar un lazo que termina por entrever los aspectos más positivos de sus psicologías, guiando hacia una conclusión violenta que expresa el egoísmo y la salvación.
‘The Last of Us’ es una meritoria serie que respeta a su fuente original sin ridiculizarla y añade elementos narrativos para contextualizar una historia que va más allá de sus protagonistas y del precepto zombie. Su fortaleza radica en mostrar los puntos más bajos de los seres humanos y las instancias de bondad para preservar una sociedad reducida a comunidades, anarquías, paramilitarismo y sectas.
Paraje 21 