El recorrido de la venganza es el motor de la saga de ‘John Wick’. Iniciada en 2014, la premisa de un ex asesino a sueldo que busca cobrar la vida de los hombres que irrumpieron su hogar y asesinaron a su cachorro, último regalo de su fallecida esposa, vislumbró las posibilidades de reinvención del cine de acción.
Las subsecuentes secuelas (John Wick 2 y John Wick 3: Parabellum) lograron crear un universo narrativo vasto y lleno de adrenalina que contempla el poder de la mafia, sus alcances alrededor del mundo, el juego de los intereses personales y al grupo de asesinos que acechan sin cesar a su protagonista.
‘John Wick 4’ (2023) prosigue con el periplo de oscuridad de ‘Baba Yaga’, abarcando una confrontación no sólo con la mafia, sino también con amigos del pasado.
Trama de ‘John Wick 4’: la frialdad de la venganza
Después de permanecer oculto en las profundidades de Nueva York, John Wick (Keanu Reeves), asistido por Bowery (Laurence Fishburne), prosigue su venganza en contra de La Alta Mesa, representada por el Marqués De Gramont (Bill Skarsgard). No obstante, tras encontrar el método para eliminarla, se verá obligado a enfrentar al también ex asesino Caine (Donnie Yen), al cazarrecompensas Mr. Nobody (Shamier Anderson) y a más miembros de la organización.
Crítica de ‘John Wick 4’: el frenesí de la cacería
El realizador Chad Stahelski desarrolla una cuarta entrega con la que traza la búsqueda implacable emprendida por John para finiquitar sus ataduras con La Alta Mesa. El relato enfatiza en el orden de las reglas y en las consecuencias que implica quebrantarlas. El Marqués decide emprender castigos a diestra y siniestra en contra de Winston (Ian McShane) y Charon (Lance Reddick) por su fracaso en asesinar a John. Además, recluta de manera forzosa a Caine, quien muestra una formidable habilidad en el uso de las armas con una invidencia a cuestas, representando una amenaza para su protagonista.
A su vez, las notables secuencias de acción acompasan retratan los lugares que John recorre para cumplir su objetivo personal. Stahelski, apoyado por la fotografía de Dan Laustsen, agrega el toque neón a las confrontaciones físicas de sus personajes, entremezclando un aumento de versatilidad y creatividad en la ejecución de planos secuencias que vislumbran ráfagas de disparos y el uso de armas blancas, sin olvidar las artes marciales.
La visita al hotel Intercontinental con sede en Osaka, Japón, desprende una inspiración yakuza y samurái entre katanas y silencios. Shimazu (Hiroyuki Sanada), dueño del lugar, refuerza el sentido del honor al auxiliar a John, mientras que su hija Akira (Rina Sawayama) representa el cuestionamiento de la lealtad de su padre. Así, el toque oriental predomina también de la mano de Caine, sumando las tradiciones de La Alta Mesa.
El guion de Shay Hatten y Michael Finch explora subtramas de personajes conectados a las fauces de la criminalidad, resaltando la turbiedad del pasado de John y las raíces de la mafia. La estética cómic de la saga se vislumbra en el viaje que realiza el protagonista por algunas localidades del mundo, siendo partícipe de un contrato que lo lleva a perseguir a Killa (Scott Adkins), líder de la Mesa Alemana, en un club nocturno, extendiendo el intercambio de golpes y disparos que aletarga un poco la sencillez de su premisa.
Además de agregar instancias reflexivas que vislumbran a la muerte, la razón de vivir y de matar por sobrevivencia, el relato guía hacía un clímax frenético en las calles de Paris, agregando persecuciones en auto y una cacería rampante que supera con creces a las secuencias de acción de sus predecesoras. Así, reforzada por su agilidad narrativa a costa de sus casi tres horas de duración, rinde un tributo al western que termina por confrontar los ideales de honor de John, Caine y el Marqués.
‘John Wick 4’ es el capítulo final de un hombre que ejecuta a sus enemigos a sangre fría, guarda compasión hacia los perros y atestigua la muerte, aguardando por un destino fatídico causado por su ola de decisiones.
El cierre de una saga sólida de traiciones, venganza y honorabilidad.
Paraje 21 