Desde hace décadas, el petróleo es uno de los aspectos más representativos de la economía de un país, siendo un recurso no renovable importante como materia prima y fuente de energía. Debido a ello, despierta el interés humano por poseer el llamado “oro negro” y sacar el mayor beneficio posible del mismo para lograr capitales sustanciosos.
Desde la transición ganadera a petrolera por parte de una familia en ‘Giant’ (1956) hasta las tribulaciones y obsesiones de un empresario por la expropiación del crudo en ‘Petróleo Sangriento’ (There will be blood, 2007), en el retrato de su impacto le suele acompañar el trazo de la codicia.
‘Los asesinos de la luna’ (Killers of the flower moon, 2023) retrata un western que narra la búsqueda de riqueza y propiedad del petróleo a través del asesinato de nativos por parte de una aglomerada familia norteamericana en su periodo de mayor auge.
Trama de ‘Killers of the flower moon’: la violencia en tierra de nadie
Durante la década de 1920, una serie de homicidios perpetrados hacia los integrantes de la tribu Osage en Oklahoma a causa de la presencia de petróleo en sus propiedades llaman la atención del FBI, la cual inicia una serie de investigaciones para hallar a los culpables. En tanto, William King Hale (Robert De Niro) acumula poder en la zona e insta a su sobrino Ernest (Leonardo DiCaprio) a prestar atención a Mollie Kyle (Lily Gladstone), una mujer nativa cuya familia posee derechos del crudo local.
Crítica de ‘Killers of the flower moon’: paciente western sobre corrupción, cultura y crimen
Después de una sobria aproximación a la oscuridad de la mafia y el asesinato a sueldo en ‘El Irlandés’ (The Irishman, 2019), el realizador Martin Scorsese retoma el libro homónimo de 2017 del periodista David Grann para construir el impacto del petróleo en la sociedad norteamericana bajo la perspectiva de la tribu Osage y los individuos que buscan robar sus riquezas.
Entrelazando un tributo al cine mudo de principios del siglo XX con el que recapitula la historia de los Osage y el origen de su fortuna, así como de los movimientos racistas suscitados en la época, Scorsese destaca también el impacto de la violencia en la zona. La voz en off presente en instancias del relato resalta una criminalidad rampante, así como en tradiciones ancestrales que rinden culto al nacimiento, la naturaleza y la muerte.
A su vez, Scorsese construye de manera progresiva un thriller que entrevé a la codicia como el desencadenante de la violencia, acompañada por la profundidad en el desarrollo de sus personajes. Hale (notable De Niro) entreteje el destino de los nativos que viven en el lugar, adoptando su idioma y cultura para ganarse su confianza y conspirar a sus espaldas, además de manipular las decisiones de sus habitantes. Ernest (un sobresaliente DiCaprio) coopera con su tío en sus planes: conquista a Mollie (Gladstone destacada en su papel) para buscar terminar con la vida de la mujer de manera gradual y convertirse así en el dueño de sus propiedades.
El guion de Eric Roth y el propio realizador se asoma a las profundidades de la corrupción al prestar atención a las conspiraciones de criminales contratados por Hale que ahondan en un periodo sin ley. Todo ello sin olvidar de mantener una atención narrativa hacia el aspecto espiritual de la tribu Osage y sus costumbres. La música de Robbie Robertson enaltece el western y el thriller bajo la perspectiva de los nativos del lugar, acompañado por la fotografía de Rodrigo Prieto, la cual capta la atención hacia el complejo matrimonio de Ernest y Mollie, así como la tragedia y la amenaza sobre su familia.
Aunado a ello, Scorsese agrega a la narrativa el origen de las bases con las que funciona el FBI en Estados Unidos a través del entonces Buró de Investigación. El oficial Tom White (Jesse Plemons), acompañado por su equipo de investigación, se encargan de investigar los crímenes. Con instancias de flashback y planos secuencias, el relato resalta la maldad, entreviendo la compleja y añeja relación entre blancos y nativos, guiando hacia un desenlace que muestra un pedazo de la ola de crímenes perpetrados en la historia de dicho país.
‘Killers of the flower moon’ preserva el estilo que caracteriza a Martin Scorsese en un western que demanda paciencia. Además, agrega un enfoque sobrio y pulcro hacia la cultura Osage, los alcances de la ambición, el poder y la construcción de un servicio de inteligencia y seguridad, así como en una tragedia que reflexiona en la violencia y la corrupción.
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